El desplome del precio del petróleo nos tomó a todos por sorpresa. Según un estudio realizado por Estudios Patitos de Quintana Roo (ESPAQUIN), el desplome del precio del petróleo no afectó a nadie porque ahorita de por sí nadie sale de casa. Tal afirmación fue apoyada por Andrea Legarreta, prestigiosa conductora de la empresa de televisión con mayor credibilidad en México y el mundo. 

"La situación es más compleja de lo que parece", señaló una mujer quien inmediatamente admitió no entender nada del asunto. Lo cierto es que, para las personas que viven al día, la caída del precio del petróleo no representa nada nuevo. Es decir, viven tan literalmente al día que despertar mañana les es ya un milagroso misterio. 

Dentro de tal misterio, resulta inquietante ver cómo algunos expertos en sobrevivir han logrado adquirir ganancias con la venta de cubrebocas, puesto que se venden rápidamente debido a la necesidad de las personas de protegerse contra el coronavirus

Ante tal novedad, se teme que el gobierno de los Estados Unidos desee proteger a las fábricas de cubrebocas interviniendo en la producción para que los empleados no se cansen tanto y los dueños no se sientan culpables con tanta ganancia. Ahora que el petróleo es más barato que los cubrebocas, probablemente exista un nuevo movimiento económico global paulatino que tenga efectos diversos, entre ellos que las políticas intervencionistas gringas volteen la mirada a los sastres que están haciendo su agosto en esta contingencia por la pandemia del COVID-19.